Al quedarme embarazada por primera vez no sabía muy bien lo que me esperaba, solo que estaba muy feliz e ilusionada. La gente que te rodea suele lanzarte consejos o advertencias “sabias” según sus experiencias. Todos me decían “ya verás, no podrás hacer nada, tu vida será la criatura, ya no podrás salir de viaje, ni a comer a restaurantes, ni descansar, ni ver la tele tranquila, ni ni ni….” Me agobié bastante y durante un tiempo fui más al cine que el resto de mi vida, salía a cenar con mi marido los sábados como si fuese a terminarse el mundo (dentro de los límites claro), intentaba disfrutar cada momento al máximo por si acaso…hasta que llegó un día que no pude más y yo misma me pregunté “pero, ¿qué estoy haciendo?”. Y paré. Y menos mal que fue pronto que me di cuenta, porque me hubiese perdido lo fantástico que es estar embarazada. Sentir que hay alguien ahí, dentro de ti, que intenta comunicarse contigo mediante pataditas, meneos, o incluso malestares, diciéndote ¡para, no vamos bien!.
Es asombroso como los niños, aún sin saber hablar, te avisan de que no vas por buen camino. Que pares, te tomes un respiro y reflexiones sobre cómo van las cosas y cómo quieres que vayan. Nuestros niñ@s son pequeños sabios que nos ayudan a crecer y ser mejor persona.
Desde ese momento siempre he visto la maternidad como una oportunidad que me ha dado la vida para ser la mejor versión de mi misma.
Ellos me han enseñado a amar incondicionalmente, me han enseñado a escuchar, a tener paciencia, a aprender de mis errores, me han enseñado que arriesgarse es bueno, a no tener miedo a equivocarme, a ser persistente y cabezota si quiero conseguir alguna cosa y, sobretodo, me han enseñado a dejar fluir mi imaginación y creatividad. Me han enseñado que ser yo misma no es tan malo.
“todos los niños nacen artistas, el problema es seguir siendo artistas al crecer” — Picasso
Existe una inflación académica en la que cuando un niño empieza el colegio hasta que termina la universidad, todo se rige por títulos y un ansia grande por aprender. El caso es que antes con el título de la universidad ya podías acceder a un buen trabajo, ahora necesitas además masters, doctorados, etc. y aún así muchos son los que vuelven a casa con las manos vacías. El viernes pasado una mamá práctica me pasó un video interesante de Ken Robinson que decía que la educación está jerarquizada: en un primer puesto se colocan las matemáticas y el lenguaje; en un segundo lugar, las humanidades y, por último, las artes y dentro de éstas, primero van la música y el arte y muy por detrás el drama y la danza. ¿Por qué no se les enseña danza a los niños en las escuelas con la misma frecuencia que se enseña matemáticas? — la respuesta durante años ha sido “esto no te va a dar trabajo, ni dinero”. Pero, ¿y la felicidad? ¿qué hay de lo que hace feliz a un niño? Los niños bailan a todas horas, ríen, juegan, cantan… porque hacer que odien estudiar en la escuela, cuando existen multitud de caminos creativos con los que a través del juego pueden aprender todas las materias que necesitan, sin mermar su creatividad, su talento, su felicidad.
La imaginación humana es un regalo para el futuro, para su futuro, y nuestra tarea es educarles de manera que conozcan todas sus posibilidades y límites para poder afrontar ese futuro. Ellos nos dan mucho…¿no crees que se lo merecen?
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The first time I was pregnant I didn’t know very well what would happen, I was just happy and excited. People, who knows me, used to tell me advises and warnings based in their experiences. Everybody said to me: “you won’t can to do anything, your life will be your baby, you won’t can to go out or travel or resting, you won’t can watch tv quiet….” I was overwhelmed for a time and I went to cinema more thant the rest of my life, I went out with my husband like it was the last saturday I would go out, I tried to enjoy each moment to the limit… until one day I said “stop, what am I doing?” And I stopped and enjoyed my pregnant state. I could feel there is somebody inside you that he/she try to communicate with you with kicks, movements or physical discomfort, saying to you “stop, it doesn’t go well”
It is amazing children, who can’t talk, warn you about you are not in a right way. They warn you about stopping, breathing and thinking about what are happening. Our children are little wises that they help us to grow and be a better person.
Since that moment I have always seen maternity like an opportunity that life give to me to be the best version by myself.
They teach me the true love, they teach me to listen, to have patience, to learn from mistakes, they teach me that it’s good take a risks, to have not fear of making mistakes, to be persistent if I want to get something and, above everything, they teach me to leave flowing the imagination and creativity. They teach me that I be myself it is not so bad.
There is an academy inflation that when a kid starts school until finisht the university, everything is based in degrees. Before if you had a degree you got a good job, but know there are many young people that when they finish their studies come back at home without job. The last Friday a blogger, una mamá prácitca, pass me a video of Ken Robinson that told education is hierarchical: first, you can find maths and languages; in second place, humanities, and at least, arts and these are divided in music and art in first place and dramma and dance in second place. Why don’t children learn to dance with same frequency that maths? — the answer for much years have been “this don’t give you a good job or money” but where is happiness? What about children happiness? Children dance all time, laugh, play, sing… so why do that they hate study at school. There are multitude of ways to learn playing all issues they need, without cut their creativity, talent and happiness.
The human imagination is a gift for the future, for their future and our work is educate them so they know their talent, possibilities and limits to face up that future. They give us a lot of things… don’t you think that they are worthy of it?
El poder de ser yo 